domingo, 20 de septiembre de 2015

¿Lo hacemos?



Nunca se me dieron bien los principios y menos los finales felices, siempre fuí de vivir a todo gas y con el depósito de gasolina a las últimas.
Cierto es, tengo complejo de funambulista ambiciosa, andar por la cuerda floja para mi es sinónimo de vida.
En mi lista de palabras no existe el término pasado y mucho menos el futuro, en cambio presente esta recalcada en negrita, en cursiva y subrayada en fosforito.
No sé vivir en el ayer, ni tampoco el vivir para mañana, no me han enseñado o yo no he dejado que lo hicieran. El motor que me roba el aire y me conduce es el hoy, con sus horas, sus minutos y sus instantes. Nunca me he parado a pensar el porqué de este existir, pero es fácil y conciso, le tengo miedo al tiempo, le tengo miedo a la muerte. Que morirme ya lo haré algún día, pero no hay nada peor que irme muriendo antes de morirme del todo.
Odio la gente que es incapaz de saborear los minutos que proporciona la vida, planeando cada momento de su existencia, sin darse cuenta que el día de mañana no es palpable y que los infinitos están llenos de finales.
¿ESPERAR?
¿ESPERAR PARA QUÉ?
¿ESPERAR PARA QUIÉN?
¿ESPERAR HASTA CUANDO?
Aún así el ahora es siempre más tarde de lo que puedas llegar a creer, sin embargo es la única verdad que posees y que lo demás está de más.
Soy así, de caminar por la vida al borde del abismo y de huir, absolutamente de todo(s).
Siempre he sido un poco kamikaze, yendo en contra dirección, en contra del mundo.
Soy de impulsos, de pasiones y de latidos a toda marcha, a punto de escopeta.
De hablar y luego pensar.
De actuar y luego... bueno oye


que lo hacemos y ya vemos.

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